Una de las mejores inversiones que pueden hacer las empresas es capacitar a sus recursos humanos. Después de todo, ¿qué organización no quisiera tener un personal calificado, productivo y feliz?
Las capacitaciones son una de las principales fuentes de bienestar para todo personal, pues contribuyen a su desarrollo personal y profesional. Esos beneficios se trasladan a la empresa, en la medida en que las personas adquieren mayores conocimientos y mejoran sus habilidades para comunicarse, solucionar problemas o ejercer algún tipo de liderazgo.
Un programa de capacitación, en términos generales, debería comenzar por definir los objetivos que quiere lograr con su personal. Después buscaría la manera de evaluar al equipo de trabajo para conocer sus fortalezas, al igual que aquellas áreas de oportunidad en las que debe trabajar. Y luego vería la manera de proveer al personal de los cursos que necesita, considerando el tiempo que habrán de tomar dichos cursos y los requerimientos materiales o didácticos del expositor.
Lo ideal sería que las empresas incorporaran todo tipo de capacitaciones en sus planes de negocios, como un elemento estratégico para crecer. Para eso habría que trascender las capacitaciones eventuales, por medio de sistemas más profesionales de evaluación y capacitación, que incorporarán elementos como inducir al personal en la empresa, o entrenar específicamente a los nuevos trabajadores en sus puestos de trabajo, además de ofrecerles una amplia variedad de opciones de capacitación.
Algunos de los beneficios que notará rápidamente son: 1) una actitud más positiva y asertiva; 2) un incremento en la satisfacción con el puesto de trabajo; 3) un ambiente laboral más amigable y con menos tensiones; y 4) incrementos en la productividad y rentabilidad organizacional.
Fecha: Julio 2024
Autor: Fernando Sosa Lucio
También te puede interesar…